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Geografía
PAÍSES
Paraguay - 2ª parte
or su situación económica Paraguay ocupa un lugar poco destacado en el concierto mundial. Su desarrollo se basa principalmente en la agricultura, actividad que ocupa a la mitad de la población activa. Al lado de los cultivos tradicionales, mandioca, maíz, caña de azúcar, naranjas, plátanos, tabaco y algodón, en los últimos años se ha incrementado la importancia de la soja, especialmente en los departamentos de Itapúa y Alto Paraná, hasta convertir al país en uno de los principales exportadores de esta semilla. Junto a la yerba mate, típico arbusto de la región subtropical sudamericana del que Paraguay es el principal productor, prosperan también oleaginosas como tung, girasol y cacahuete.
Pese a la extensión de los bosques, que ocupan más de la mitad del territorio paraguayo, poco es lo que aprovechan las explotaciones madereras, dedicadas fundamentalmente al quebracho, del que se extrae el tanino, y a otras especies tropicales de madera dura. En el sector ganadero, de escasa productividad, ocupa el primer puesto la cría de vacunos, seguida bastante de lejos por la porcina, ovina, caballar y avícola. Con un subsuelo pobre en minerales, Paraguay ha encontrado el principal recurso energético en la cuenca del río Paraná, dedicando importantes recursos a la construcción de grandes proyectos emprendidos conjuntamente con Argentina: Yacyretá-Apipé y Corpus, ambos en el alto Paraná. Pero la obra de mayor envergadura ha sido fruto de un tratado con Brasil: la presa de Itaipú, una de las mayores del mundo, que forma un gran lago artificial entre los dos países.El escaso desarrollo de la industria, que emplea menos de una cuarta parte de la población activa, se concentra en los alrededores de la capital y se compone de fábricas transformadoras de productos agropecuarios y forestales: yerba mate, aserraderos, industria alimentaria, cervecera y tabacalera. La ausencia de industria pesada y una fuerte emigración a Brasil y a Argentina completan el cuadro típico de un país subdesarrollado.
Antes de la llegada de los españoles, el territorio de lo que después se denominaría Paraguay («río que desciende hacia el mar», en lengua guaraní) estaba ocupado por tribus de guaraníes, que vivían en aldeas, conocían la agricultura, eran buenos artesanos y tenían un conocimiento profundo sobre la flora y el mundo natural. Entre las distintas tribus la más civilizada era la de los carios, en la parte sudoriental del Paraguay, cuyas aldeas estaban construidas alrededor de grandes plazas protegidas por empalizadas.Los carios desconocían la jerarquía social y política, y estaban gobernados en tiempos de paz por un consejo de ancianos. Se atribuye el descubrimiento del país al portugués Alejo García y al italiano Sebastián Gaboto, ambos al servicio de la corona española. El primer gobernador verdadero de la inmensa posesión fue Pedro de Mendoza, el fundador de Santa María del Buen Aire. Uno de sus lugartenientes, el capitán burgalés Juan Salazar Espinoza llegó a la tierra habitada por los guaraníes y con la ayuda de éstos fundó en 1537 un fuerte llamado Nuestra Señora Santa María de Asunción, en la orilla del río Paraguay.
Las buenas relaciones entre guaraníes y españoles se establecieron de manera satisfactoria: los españoles ayudaban a los guaraníes cuando combatían contra las tribus hostiles de la otra orilla del río, indios chaqueños y andinos, y los nativos proporcionaban a los colonizadores maíz, patatas y otros alimentos. Esto dio lugar a un extendido mestizaje y, a diferencia del resto de América, en Paraguay el mestizo tuvo los mismos derechos que el español. Fueron mestizos paraguayos los que sentaron las bases de la conquista y civilización rioplatense: Santa Fe fue fundada en 1573 por nueve españoles y ochenta paraguayos, y la segunda fundación de Buenos Aires, en 1580, también fue obra de diez españoles y cincuenta paraguayos.A principios del s. XVII, época en que apareció el primer catecismo en lengua guaraní, llegaron los jesuitas a la América austral y, establecidos en Guairá, dieron inicio a la tarea de evangelizar y someter a la corona española a los guaraníes de la zona comprendida al SE de Asunción. Durante siglo y medio, los jesuitas fundadores de las Misiones reunieron a los indios en unos asentamientos especiales llamados reducciones, construidos según el esquema de la aldea india. También tuvieron la precaución de adoptar como lengua el guaraní y de repetir las formas colectivistas propias de los indios. Las reducciones, dedicadas a la agricultura, fomentaban además la aptitud de los indígenas para la artesanía, el canto y la música. Por otra parte los jesuitas les instruían en el uso de las armas, guiándolos en las batallas contra los portugueses, que desde Brasil hacían incursiones de pillaje en territorios pertenecientes al rey de España, y contra los cazadores de esclavos que penetraban por el E.
Pero el poderío de las Misiones Jesuíticas avivó el odio de los encomenderos españoles y los mestizos de Asunción. Finalmente se desató una verdadera guerra entre los terratenientes de Asunción y los jesuitas, que se saldó con el triunfo de las Misiones. El poder alcanzado por la Compañía de Jesús en América acabó despertando los recelos de la corona española, que después de repartir el territorio de las reducciones con Portugal, venció definitivamente a las tropas guaraníes y expulsó de sus dominios a los jesuitas en 1767. Posteriormente, las antiguas reducciones terminaron por desaparecer en manos de los franciscanos, mientras los guaraníes caían en manos de los terratenientes o regresaban a la selva.Durante el período de la independencia americana, Asunción, que había pasado poco antes a depender de Buenos Aires, se negó a acompañar a la capital del virreinato en la aventura independentista emprendida por los patriotas porteños en 1810. Las tropas paraguayas del gobernador Bernardo de Velasco cortaron el camino a la expedición militar de Manuel Belgrano, dispuesta a independizar al Paraguay respecto de España, aunque bajo hegemonía bonaerense. Sin embargo, en mayo de 1811 se constituyó en Asunción un gobierno provisional que declaró caduca la autoridad española y sentó las bases de un Estado soberano, cuya declaración de independencia se haría formalmente el 12 de octubre de 1813.